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Mostrando las entradas de agosto, 2011

Oraciones Tradicionales a la Virgen María

AVEMARÍA Dios te salve, María, llena de gracia,  el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres  y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. SALVE Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,  vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando,  en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar  las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Oración para los momentos de dificultad y angustia

Señor, Tú siempre me has dado la fuerza necesaria, y aunque débil, Creo en Ti. Señor, Tú siempre me has dado la paz de cada día, y aunque angustiado, Creo en Ti. Señor, Tú siempre me has guardado en la prueba, y aunque estoy en ella, Creo en Ti. Señor, Tú siempre has alumbrado mis tinieblas, y aunque no tengo luz, Creo en Ti. Cuando tenemos momentos de dificultad, angustia, duda o enfermedad, es importante decirle al Señor que seguimos creyendo en El.

Para aceptar una enfermedad

Ayúdame, Señor, a obtener el fruto espiritual que Tú pretendes con esta enfermedad que me has enviado. Haz que comprenda que las enfermedades del cuerpo me ayudan a conseguir un conocimiento más perfecto del mismo, a desprenderme de todo lo creado y me invitan mediante la espontánea reflexión que trae consigo, sobre la brevedad de la vida, a trabajar con más empeño y seriedad en preparar mi alma para la vida futura donde no existe ni enfermedad ni pena, sino el eterno gozo de tu compañía. Amén.

Oración para comenzar el día

Señor, en el silencio de este día que comienza, vengo a pedirte la paz, la prudencia, la fuerza. Hoy quiero mirar al mundo con ojos llenos de amor, ser paciente, comprensivo, dulce y prudente. Ver por encima de las apariencias a tus hijos como Tu mismo los ves y así no ver más que el bien que hay en cada uno de ellos.  Cierra mis ojos a toda calumnia, guarda mi lengua de toda maldad, que sólo los pensamientos caritativos permanezcan en mi espíritu, que sea benévolo y alegre, que todos los que se acerquen a mí sientan tu presencia. Revísteme de Ti, Señor, y que a lo largo de este día yo te irradie. Bendiciones para este Día. Amén.