Oh Dios, dame en esta hora la gracia de reconocer debidamente mis pecados ante ti, y de arrepentirme de ellos verdaderamente.
Borra de tu libro, Señor de misericordia, mis múltiples acciones cometidas contra ti.
Perdóname todas las distracciones en la oración, mis pecados de omisión, y mis pecados deliberados contra la conciencia.
Dame luz para ver lo que he de hacer, valor para emprenderlo y firmeza para llevarlo a cabo.
Que en todas las cosas avance en la obra de santificación, de la realización de tu voluntad; y que en definitiva, por tu misericordia, pueda alcanzar la gloria de tu Reino eterno.
Amén
Perdonar es la decisión que el hombre toma de no reaccionar conforme al sentimiento, sino por el contrario, buscar la acción que pueda ayudar a que esta desaparezca, como puede ser una sonrisa, el servicio, la cortesía, etc. Por ello el perdón exige renuncia, renuncia a nosotros mismos, a nuestro afán de venganza, a actuar conforme a nuestra pasión. En pocas palabras, perdonar es devolver bien a cambio de mal. Sólo si nosotros perdonamos, tendremos también el perdón de Dios, y más aún: ¡Experimentaremos la verdadera alegría de amar! No es fácil, pero todo es posible con la gracia de Dios. Como propósito de vida, perdonaré cualquier enemistad que tenga y lo ofreceré en reparación al Sagrado Corazón de Jesús Misericordioso.
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