La plegaria en la acción es amor, y el amor en la acción es servicio. Hemos de procurar dar de forma incondicional lo que una persona pueda necesitar en un momento dado. La cuestión es hacer algo (por mínimo que sea) y demostrar a través de nuestras acciones que nos preocupamos, ofreciendo nuestro tiempo. En ocasiones ello puede comportar realizar algo físico (como hacemos en nuestros hogares para enfermos y moribundos), otras veces, en cambio, puede concretarse en ofrecer apoyo espiritual a los que se han encerrado en sí mismos (los que se hallan aislados y solos en sus casas). Si una persona enferma desea medicinas, démosle medicinas; si necesitan consuelo, entonces consolémosle.
Todos somos hijos de Dios; así que es importante que compartamos sus dones. No debemos preocuparnos de porqué existen los problemas en el mundo, si no simplemente responder a las necesidades de las personas. Hay quien opina que si nosotros damos caridad a los demás, eso hará disminuir la responsabilidad de los gobiernos para con los pobres y necesitados. No me preocupo de esas cosas porque los gobiernos no suelen ofrecer amor.
Me limito a hacer lo que yo puedo hacer; el resto no es asunto mío.
Madre Teresa de Calcuta (1910 - 1997)
del libro "Camino de Sencillez"- Editorial Planeta 1997
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