Quiero comenzar este día pidiéndote que me sanes el corazón de toda herida que haya en él.
Tú sabes que son muchas las experiencias negativas que he tenido a lo largo de mi vida, experiencias de desengaño, de frustración, de mentiras, de rechazos, de abandonos;
Tú sabes, Señor, que todo eso me ha herido y me ha predispuesto para no poder ser feliz y no poder gozar la vida, por eso en este momento en el que inicio el día quiero pedirte que por la acción de tu Espíritu, Tú sanes mi corazón;
Que seas Tú el que lo llenes de tranquilidad y de paz;
Sé Tú el que me permita superar tener tantos prejuicios y prevenciones frente a las personas y las situaciones que tengo que vivir.
No dejes que mi corazón herido me haga ser conflictivo con los que viven conmigo.
Dame tu paz, Señor, eso es lo que necesito para salir adelante y para ser feliz.
Gracias, Señor.
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