Un hombre susurró: "Dios, háblame" …
Y entonces cantó un pajarito.
Pero el hombre no escuchó...
Entonces el hombre gritó: "Dios, háblame"...
Entonces el hombre gritó: "Dios, háblame"...
Y entonces se oyeron truenos a través de un colchón de nubes.
Pero de nuevo el hombre no escuchó...
El hombre miró a su alrededor y dijo: "Dios, déjame verte"...
Y una estrella brilló en el firmamento como nunca había brillado.
Y una estrella brilló en el firmamento como nunca había brillado.
Pero el hombre no miró al cielo y no la vio...
Entonces el hombre indignado fuertemente gritó: "Dios, déjame ver un milagro".
¡Y nació su hijo!
Pero el hombre no se dio cuenta de la nueva e irrepetible vida que comenzaba...
Pero el hombre no se dio cuenta de la nueva e irrepetible vida que comenzaba...
Entonces gritó desesperado: "Dios, tócame, déjame sentirte".
En ese momento, Dios bajó del cielo y tocó al hombre en su mejilla suavemente.
Pero el hombre quitó la linda mariposa de su mejilla y siguió su camino.
Esto nos debe recordar que Dios está siempre a nuestro lado, en todo lo que nos rodea, en lo grande y lo sencillo, al igual que en las cosas a las que no le prestamos mucha atención. Inclusive en nuestra era electrónica.
En ese momento, Dios bajó del cielo y tocó al hombre en su mejilla suavemente.
Pero el hombre quitó la linda mariposa de su mejilla y siguió su camino.
Esto nos debe recordar que Dios está siempre a nuestro lado, en todo lo que nos rodea, en lo grande y lo sencillo, al igual que en las cosas a las que no le prestamos mucha atención. Inclusive en nuestra era electrónica.
Por eso el hombre, cuando llorando gritó: "Dios, necesito tu ayuda",
en ese momento le llegó la oportunidad de leer este mensaje con buenas noticias, dándole aliento, y con la oración y el abrazo de alguien que le aprecia.
Pero el hombre no lo vio...
El siguió trabajando y lo ignoró o lo borró sin leerlo.
No te pierdas de una oración ni de un buen amigo(a), porque la envoltura no es lo que tú esperas... Dios nos habla a través de las personas más sencillas y menos esperadas. Este mensaje tiene instrucciones de que se comparta con todo aquel a quien queramos que Dios le de su bendición. Tú puedes compartirlo con otro para repartir bendiciones también.
Espera siempre lo inesperado.
¡Que Dios nos bendiga!
¡Que tengas un bello día!
¡Que tengas un bello día!
Te quiero mucho, tu amigo:
Jesús
P.D.: ¿Tendrás tiempo para compartir esto con otra persona...?
Gracias a Norma Ivette por compartirlo conmigo.
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