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Mostrando las entradas de enero, 2011

Plegaria de un Padre

Dame, Señor, un hijo… Que tenga la fortaleza de reconocer cuando ha flaqueado; el valor de enfrentarse consigo mismo cuando sienta miedo. Un hijo que lleve alta la frente en la honrada adversidad de la derrota, y que sea modesto y gentil en la victoria. Un hijo que nunca doble la espalda cuando debe erguir el pecho; que no se contente con solo desear en vez de realizar. Un hijo que te conozca a Ti y se conozca a si mismo… y sepa que en conocerse el hombre a si mismo, se encuentra el fundamento de todo saber. No lo guíes, Señor, por el camino cómodo y fácil, sino por el sendero áspero, espinoso y difícil donde las dificultades son acicate y reto para vencerlas.  Allí… déjalo que aprenda a hacer frente a las tempestades, a sostenerse firme y seguro en medio de ellas. Dame, Señor, un hijo capaz de compadecerse de los que flaquean y fracasan.  De sano corazón y altos ideales; capaz de dominarse él mismo antes de pretender dominar a los demás. Un hijo que aprenda a reír… pero que ta

Querido Padre... ayúdame

Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles. Si me das fortuna, no me quites la razón. Si me das éxitos, no me quites la humildad. Si me das humildad, no me quites la dignidad. Ayúdame siempre a ver la otra cara de la moneda, no me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar igual que yo. Enséñame a querer a la gente como a mi mismo y a no juzgarme como a los demás. No me dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso. Más bien, recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede el triunfo. Enséñame que perdonar es un signo de grandeza y la venganza es señal de bajeza. Si me quitas el éxito, déjame fuerzas para aprender del fracaso. Si yo ofendiera a la gente, dame valor para disculparme, y si la gente me ofende, dame valor para perdonar. ¡Padre... si yo me olvido de ti, nunca te olvides de mí! Mahatma Gandhi

Señor dale sentido a mi vida

Señor: Dale sentido a mi vida, necesito verte en mi trabajo, en mi casa, en mi familia, en todo lo que haga esta semana.  Sé que no todo será fácil, que tendré momentos difíciles pero necesito saber que tu estarás ahí, apoyándome, abrazándome, sanándome. Te Necesito, Dios.  Quiero descansar en ti, que seas tu quien cuide mi vida, mi sueño, mi familia. Porque tu eres quien me cuida y me sana. Gracias por darme hoy la oportunidad de pensar en los demás. No quiero hundirme en el pozo del egoísmo y la vanidad. Bastante egoísmo hay en el mundo y bastante vanidad a nuestro alrededor.  Hoy es una gran oportunidad para pensar en los demás, para animarlos, sostenerlos, fortalecerlos y sobre todo amarlos, como tú me haz amado. Tú eres mi esperanza, sé que contigo no hay imposibles. Eres mi consuelo, tú calmas todo y guías mi vida. Eres la razón de mi existencia, en ti mi vida tiene sentido. Gracias por ser mi Dios, mi Padre, mi amigo. Te amo Señor.   A veces necesitamos escuchar y ver má

Oración por el año que termina y el año que comienza

Señor Dios, dueño del tiempo y de la eternidad. Tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.  Hoy te doy gracias por los momentos que me permitiste vivir, pues con los buenos me doy cuenta de las bendiciones que derramas sobre mí, y con los momentos difíciles, me ayudas a fortalecer mi carácter, mi fe y mi amor por ti.  Gracias Señor, por este año que termina y por el nuevo que empieza. Quiero dejar todo en tus manos y poder vivir el día a día agradeciéndote y amándote.  Al empezar un año mas, detengo mi vida ante el nuevo calendario, aun sin estrenar, y pongo ante ti, los días venideros que solo Tu sabes si llegaré a vivirlos. Señor, al terminar este año quiero darte gracias por todo cuanto me diste. Gracias por la vida y el amor, por el aire y las flores, por el sol y las estrellas, por la alegría y el dolor, por lo que fue posible y por lo que no pudo ser.  Gracias por los días de sol y los nublados tristes, por las tardes tranquilas y las noches oscuras. Gracias por la salud