Dame, ¡Oh Señor! Un hijo que sea lo bastante fuerte para saber cuándo es débil y lo bastante valeroso para enfrentarse consigo mismo cuando siente miedo; un hijo que sea orgulloso e inflexible en la derrota, honrada y humilde y magnánimo en la victoria.
Dame un hijo que nunca doble la espalda cuando debe erguir el pecho; un hijo que sepa conocerte a Ti... y conocerse a sí mismo, que es la piedra fundamental de todo conocimiento.
Condúcelo, te lo ruego, no por el camino cómodo y fácil, sino por el camino áspero, aguijoneado por las dificultades y los retos. Allí déjalo aprender a sostenerse firme en la tempestad y a sentir compasión por los que fallan.
Dame un hijo cuyo corazón sea claro, cuyos ideales sean altos; un hijo que se domine a sí mismo antes de pretender dominar a los demás; un hijo que aprenda a reír pero que también sepa llorar; un hijo que avance hacia el futuro, pero que nunca olvide el pasado.
Y después que le hayas dado todo esto, te suplico, agrégale suficiente sentido del buen humor, de modo que puede ser siempre serio, pero que no se tome a sí mismo demasiado en serio. Dale humildad para que pueda recordar siempre la sencillez de la verdadera sabiduría, la mansedumbre de la verdadera fuerza.
Entonces yo, su padre, me atreveré a murmurar: “¡No he vivido en vano!”
Esta oración se la dedico a mi hijo Christian, hoy en el día de su cumpleaños.
EXCELENTE; LA ORACIÓN DEDICADA A SU HIJO
ResponderBorrarEL CONTENIDO DE SU LETRA REALMENTE INSPIRA A SEGUIR CON ACTITUD POSITIVA AUNQUE LA ADVERSIDAD SE NOS PRESENTE. ES BUEN EJEMPLO PARA TODOS LOS PADRES Y MADRES EN CUANTO A LA FORMACIÓN ESPIRITUAL, ACADÉMICA Y PROFESIONAL QUE DESEEN INSPIRAR EN SUS HIJOS. BENDICIONES